16/9/08

Reportaje Revista Alarma

No se puede escribir la historia de una ciudad, y la de México no es la excepción, si antes no se dedica al menos un capítulo extenso a su historia criminológica.

A Sangre Fría
, además de otros méritos, tuvo el acierto de ofrecer historias pletóricas de humor urbano a la par de incluir entre los amigos de la publicación a delincuentes tan célebres como el novillero Ricardo Barbosa Ramírez, quien junto con Pancho Valentino, fraguara el asalto y consecuente homicidio del sacerdote Juan Fullana Taberner en la parroquia de Fátima de la colonia Roma.

José Ramón Garmabella, periodista policiaco





A Sangre Fría, un tabloide de "morbo y frivolidad", congregó a mucho del terrorismo literario de principios de los noventa.















Editorial:

La única certeza es la especulación,
Nuestra morbosidad es tan válida como la curiosidad científica,
Lo escatológico no es un recurso, es un fin en sí mismo,
Los primeros días los rigen los astros, los últimos, tú escoges el arma,
Nuestra información es tan dudosa como cualquier otra,
Los mexicanos no somos místicos, estamos malnutridos, hambrientos,
Tolerancia: actitud del déspota cuando está de buenas.


















A Sangre Fría y Alarma!
se parecen un poco, o mucho, no lo sé; podrían ser gemelas aunque no se parezcan físicamente. La primera tiene un humor negro que ofende alegremente, y aunque no tenga fotos sangrientas nos dice lo mismo que la segunda, con esa imagen cadavérica que insulta a nuestra seguridad, a nuestra confianza en quienes deben protegernos, y con ese humor negro que, sin querer, cada lector le imprime de su propia cosecha a las portadas, como si fueran redactores de A Sangre Fría.

Leer A Sangre Fría es cometer el crimen perfecto.

Miguel Angel Rodríguez, Director de Alarma!


















Nuestro modelo, lecturas de Alerta!, Alarma! y los relatos de “Las Poquianchis”, que me habían fascinado de niña. Narrativas brillantes, puntos de vista oscuros, crónicas musicales que no hablaban de música.

Periodismo de morbo y frivolidad.

En su momento ASF fue bloqueada por los editores de suplementos y secciones culturales que dentro de sus parámetros hacían y publicaban notas “relevantes”. Encolerizados, algunos de estos señores se dedicaban a negar nuestra existencia para tener la oportunidad de plagiarnos.

Trascendimos la prueba del tiempo. Logramos parir una revista incómoda más allá de nota roja y rock.

Delia M., periodista cultural y ermitaña tijuanense



La Reina de Tijuana, Delia M.
















La vigencia de A Sangre Fría radica en algo que los imitadores jamás lograron sospechar: que la parodia, la ironía y el sarcasmo nunca fueron un fin –como los copiones se han limitado a hacer–, sino que se trataba de simples herramientas, que resultaban muy útiles y sobre todo muy divertidas, pero que apuntaban hacia un fin superior: acercarnos a la realidad.

Mauricio Bares, escritor




























Está bien chidaaaaaa….
Abundio Calderón, mariguano













El mayor desparpajo posible siguiendo sobre todo el legado de Truman Capote, a quien homenajea el nombre del tabloide. Del mismo modo, era una oportunidad de rendir homenaje a leyendas del periodismo policiaco mexicano como David García Salinas, el Güero Téllez, Enrique Metinides o José Ramón Garmabella, quien junto con Miguel Angel Rodríguez, director de El nuevo Alarma!, nos hacen el honor de presentar esta edición obituaria.



El tinterillo Servín con el artista del horror Enrique Metinides.







Nuestro diseñador y bon vivant de Clavería, René Velázquez de León.